Tus primeros pasos para Meditar

¿Sabéis lo que es Meditar?  Yo lo defino  como:

 Concentrarse, focalizarse y… poco a poco relajar la mente, hasta “Liberar la Conciencia”, logrado una gran paz interior, independientemente de lo que pase a nuestro alrededor.

Cuando comencé a meditar, y a comprender lo que significaba para mí y me aportaba, entonces me hice consciente del poder interno que poseemos; de la grandeza que busca nuestra calma para expresarse.

Al empezar a meditar, es muy útil seguir una serie de indicaciones, pautas que prepararán nuestro camino. Preparar una meditación en parte es como preparar un viaje, hacía nuestro interior.

 

 

  • Elige un lugar tranquilo: El que lo sea para ti, no es necesario un lugar muy especial, ni muy amplio, solo un lugar en el que sepas que podrás ESTAR unos minutos sin interrupciones. Puedes prepararlo y visualizarlo  a tu gusto.
  • Viste ropa cómoda: Si vas a realizar la práctica, por ejemplo en el trabajo u otro lugar en el que tu vestimenta no sea muy cómoda, intenta adecuarla al momento, quítate los zapatos, intenta estar descalzo, quítate el cinturón, y desabróchate algún botón…
  • Planifica la duración de tu meditación: Las personas habituadas a meditar, pueden realizar sesiones de 20 minutos… pero cuando comenzamos 5 minutos, conscientes, pueden ser igualmente adecuados. No estés pendiente del tiempo, eso distraerá tu mente, puedes poner una alarma suave que te indique cuando a finalizado tu experiencia.
  • Estira tu cuerpo antes de comenzar: Prepárate, vas a permanecer un tiempo manteniendo una postura, por ello deshacer tensiones localizadas, nos ayudará a no sentir incomodidad y a focalizar en la guía de la meditación.
  • Elige una postura cómoda: La “Postura” es nuestra casa. Debe permitirte abrir un canal en ti a través del cual fluya tu respiración. Si decides estar sentado, puedes hacerlo en el suelo o en una silla. En el suelo, con las piernas cruzadas, cuidando no poner demasiada presión sobre las extremidades para que no se duerman, con la espalda recta, los brazos apoyados sobre los muslos o en tu regazo, y el cuello en línea con la cabeza, sin cerrar el paso del aire. Si estás en una silla, deja que las plantas de tus pies estén en contacto con el suelo, mantén la espalda recta, el cuello en línea con la cabeza y los brazos apoyados sobre los muslos o en tu regazo. Cuando ya estés más experimentado, podrás buscar otras posturas, como tumbado o incluso de pie; pero para comenzar meditar tumbado puede hacer que te duermas durante la relajación.
  • Cierra los ojos: Te será más fácil visualizar tu interior, pero… si decides mantenerlos abiertos, hazlo suavemente, sin enfocarte en nada en particular. Relajado pero ALERTA, no en trance ni inconsciente.

Ahora que ya has tenido en cuéntalas los pasos anteriores… puedes libremente elegir cómo vas a meditar. La experiencia te irá abriendo nuevas vías, pero para comenzar aquí tienes algunas maneras de comenzar…

  • Sigue tu Respiración: Céntrate en las fases de la misma. Tu inspiración y tu exhalación, harán que tu ritmo se iguale a la de tu corazón. Puedes, para que al inicio te resulte más sencillo, repetirte mentalmente alguna palabra o “mantra”, asociada a cada una de ellas; por ejemplo “Shoo” al inhalar y “Yham” al exhalar. Repetir una secuencia de palabras, que sean sencillas de recordar, o un mantra, ayuda a centrar y despejar la mente.
  • Practica la visualización: Consiste en poner la atención, concentrarnos plenamente, en algo. Puede ser en un objeto, un lugar una persona… Puedes llevar la intensidad de la misma hasta donde tú quieras o necesites, ser tan detallista como te quieras permitir…
  • Explora tu cuerpo (Body Scan): Es un recorrido por tu cuerpo, todo lo exhaustivo que quieras. Iras respirando sobre cada parte de tu cuerpo sobre la que pones la atención, relajando tu mente a la vez que relajas tu ser.
  • Medita en el “chakra” del corazón: Lleva las manos al pecho, donde está tu corazón, de manera que te sea más sencillo llevar ahí tu respiración. Imagina que en el centro del mismo existe una llama, que se activa con cada una de tus respiraciones. Siente esa activación en tus manos cada vez que respiras; la fuerza cuando inhalas y el calor que irradia la llama cada vez que exhalas.
  • Camina conscientemente: Esta forma de meditar requiere algo de experiencia. Coloca las manos bien en el corazón, bien en tu regazo, juntas… y centra tu atención en cada paso que des. Muévete muy lentamente, de manera que puedas sentir todos los movimientos de tus pies. Cómo se apoya desde el talón, cómo sientes el apoyo de toda la planta, cómo comienza a despegarse desde la bola del pie hacia adelante, y cómo, por último, se despega de suelo a través de los dedos…

En cada una de estas formas de meditar, tanto si nos planteamos hacerla en solitario, como si queremos practicar en grupo; algo o alguien guiarán nuestra concentración, para que la mente se vaya calmando y deje paso a un estado de “Conciencia Consciente”. Al centrarnos en esa guía, no dejaremos divagar nuestra mente en los pensamientos, que pasan sin cesar, por nuestra mente. Al relajarnos y calmarnos, el ritmo de nuestros pensamientos también se calmará..

El siguiente paso será llevar este estado de conciencia a nuestro día a día, pero es otra cuestión para otro momento.

HOY os dejo reflexionando sobre vuestra forma de meditar y por si coincidís con la mía, os regalo una de mis meditaciones guiadas favoritas, la visualización de nuestra LUZ INTERIOR.

 

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