A los padres nos preocupan fundamentalmente 3 cosas, respecto a nuestros hijos:
- Que sean FELICES
- Que tengamos un buen VÍNCULO con ellos, en todas las etapas de la vida
- Que estemos seguros de que no les ocurre nada grave
Respecto al PRIMER DESEO, el ser FELICES, tanto para niños como para adultos, depende NO de lo que experimentamos, sino de cómo lo INTERPRETAMOS.
P.e: “Un día de verano en el que vamos a ir a la piscina o a salir con la bici, puede que de repente se prepare una buena tormenta y tengamos que dejarlo para otro día…”
Ahora piensa, sinceramente en esta situación…
Puede suceder que te agarres un enfado monumental, donde tu FRUSTRACIÓN se manifiesta alto y claro dando portazos, contestando mal, arrugando el gesto… o puede que aceptes que esa tormenta no depende de ti y como tal que la situación ha cambiado, quizás dándote la oportunidad de cambiar tus planes, con RESILIENCIA.
La situación es la misma, incluso la persona que la está experimentando… ¿Seguro?
… Bueno físicamente sí, sigues siendo tu, pero emocionalmente… puedes ser personas muy distintas.
Para elegir esa personalidad que analiza, reflexiona y es consciente de lo que está sucediendo, en primer lugar debes RECONOCER la emoción que estás experimentando, después ANALIZAR y ACEPTAR como se manifiesta en ti; El siguiente pasito será INVESTIGAR qué genera en ti la emoción (¿Qué acciones te lleva a tomar o hacía adonde te arrastra?) y tener la capacidad de cambiar lo que decidamos frente a ella.
Esto que he descrito es una práctica de REGULACIÓN EMOCIONAL, desde nuestra visión de adultos puede resultar algo complicada; pero comienza a ponerse en marcha y desarrollarse desde niños, al principio de forma inconsciente, donde las REACCIONES se ajustan a las necesidades y después y si así lo educamos de forma consciente, donde generamos RESPUESTAS útiles y reflexionadas.
Por ello es muy importante comenzar cuanto antes con la educación emocional de nuestros hijos, no solo para que desarrollen la Inteligencia Emocional con los que les rodean, sino para que comiencen escuchándose emocionalmente a ellos mismos y así vayan interpretando lo que les sucede de una manera más calmada, en la que sean capaces de aplicar sus recursos y no de frustrarse.
Con la práctica de MINDFULNESS EN FAMILIA esta educación comienza con el conocimiento de cada emoción básica y poco a poco de otras más complejas que van apareciendo cuando se van combinando (ya que no aparecen solas…), ahí están la frustración, la envidia…
Comenzamos a comprenderlas juntos, ayudándonos cuando aparecen dificultades, ESCUHÁNDONOS ACTIVAMENTE, con ejemplo, anécdotas, con experiencias. Y juntos también iremos reconociendo momentos compartidos, en los que quizás se nos fue un poco la cabeza y podremos también juntos elaborar itinerarios nuevos para actuar de forma distinta y estableceremos compromisos. Todo ello a nuestra manera, utilizando cada uno nuestros recursos.
Las prácticas son divertidas: Juegos, Yoga-Cuentos, Interacciones Creativas que llevan al diálogo, Canciones, Bailes, Masajes…
Este ir descubriendo EMOCIONES, que comienza aquí… ya no cesará nunca; Es una AVENTURA GENIAL y será una gozada que sigáis toda la familia junta disfrutando de ella. Gestionando bien las emociones, iremos avanzando hacia ese primer deseo: LA FELICIDAD; ya que así se generará una Actitud Positiva y una manera de interpretar Resiliente.
El SEGUNDO DESEO que tenemos los padres respecto a nuestros hijos es generar un VÍNCULO Fuerte, Duradero, Amoroso y lleno de respeto.
El primer vínculo emocional, “El Apego”, se genera desde el nacimiento entre el BB y sus padres o cuidadores; es como una continuación del “Cordón Umbilical” y lo verdaderamente importante será cómo se “trenza”, ya que va a marcar la forma de ser del adulto futuro.
Muchos estudios, algunos como los del Prof. Rafael Guerrero de la UCM, nos dicen que el disfrutar de ese APEGO SEGURO es como tener un “Colchón Emocional” que nos ayudará a adaptarnos mejor a la vida. Pero opinan que solo el 60% de la población lo disfruta, el resto, ese 40% restante, andan por ahí inmersos en una adaptación más o menos complicada, que a la larga puede ser uno de los factores que generarán DIESTRES (Estrés Negativo) en algún momento de la vida.
La “BUENA NOTICIA” es que este VÍNCULO- COLCHÓN, podemos generarlo o regenerarlo en cualquier momento, hasta los 70 años de edad, es APTO PARA TODOS LOS PUBLICOS.
Mindfulness en Familia es un BUEN MÉTODO para conseguirlo, ya que conlleva todo lo necesario para desarrollarlo:
- Pasar tiempo juntos: ESCUCHA ACTIVA
- Compartir experiencias que generan Respeto, Atención y Aprendizaje.
- Expresar-Gestionar las emociones juntos y sin bloqueos.
De la “Expresión-Gestión Emocional” ya hablamos antes…
La “Escucha Activa” es algo que se aprende practicando y que pone en juego otras capacidades innatas pero que hay que desarrollar como:
- La EMPATIA como habilidad Social fundamental
- La PACIENCIA: Mecanismo para gestionar la “Frustración”, practicando la espera y los tiempos que todo lleva implícito.
Cuando practicamos MINDFULNESS EN FAMILIA y posteriormente cuando lo integramos en la vida (se usará todos los días en cada cosa que hagamos conscientes de ello…) Aprendemos a ESCUCHAR desde el primer paso que damos en el
“Darnos cuenta (poner atención) de lo que nos gusta ser escuchados y cómo nos sentimos al serlo”
Y después daremos el segundo paso: “Aprender el valor de la Comunicación No Violenta y del Poder de la Palabra” y de que antes de decir hay que pasar las palabras por el filtro del corazón.
Para cumplir el TERCER DESEO , “Que no les pase nada grave…” Una gran parte de él, no dependerá de nosotros y a veces ni de nuestros hijos; pero el aprender a ser personas ATENTAS, afectará a que la parte en la que puedan aportar y decidir sea completamente responsabilidad suya.
MINDFULNESS hace que esta capacidad innata, de supervivencia, que es la ATENCIÓN, vaya creciendo y llegue a ser una parte importante en nuestra manera de actuar y de percibir la vida, de ser conscientes de sus matices, que la hacen tan especial.
Será a través de nuestros sentidos y de nuestro cuerpo, como iremos jugando y practicando; haciendo que podamos estar realmente en lo que estamos haciendo en cada instante.
A eso se le llama CONCENTRACIÓN, pero ya hablaremos de esta y otras capacidades como la CREATIVIDAD que desarrolla MINDFULNESS.
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